Es la inmensidad absoluta, es perderse en la nada y encontrarse con uno mismo, es disfrutar de los colores de las dunas, que van cambiando según el momento del día, es disfrutar del mágico amanecer y de la belleza de la puesta del sol, con sus noches, que nos regala un cielo especial que solo aquí se puede disfrutar, dueño de todas las estrellas.
Con la compañía de los tuareg, los señores del desierto, los hombres azules, su hospitalidad, amabilidad, su sabiduría, con hermosas historias y leyendas que gusta escuchar, a la luz de una hoguera, entre las jaimas.
Gustosos te mostraran su desierto, sus costumbres, su forma de vida, sencilla pero en paz y en libertad.
No hay prisa, no hay tiempo, solo debes disfrutar de su espectacular belleza, dejarte llevar por los momentos que tengas allí y volver con el mejor de los recuerdos..

Belén Serna.
Tuareg-Travel, Espíritu Viajero.