Essaouira se ha ganado casi mil y un apodos; “La perla del Atlántico”, “La Bella Durmiente”, “hermosamente trazada” de la palabra árabe Souirah, esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, mantiene el encanto y la autenticidad de una tierra perdida en el tiempo. Aquí es donde termina el Mediterráneo: la última fortificación amurallada en las orillas atlánticas, cuyas casas parecen clonadas con los “pueblos blancos” de Andalucía.
Essaouira se ha convertido en una escala imprescindible de cualquier viaje a Marruecos.

Al explorador aventurero le fascinará la amabilidad y carácter hospitalario de los essaouiries, ya que viven desde hace siglos, en una encrucijada de culturas, civilizaciones y religiones. Los fenicios han dejado aquí su huella, y el esplendor de esta ciudad data de su asentamiento, prosiguieron también el asentamiento romano, los cartagineses, los bereberes, los portugueses y los franceses.

Podréis disfrutar de un almuerzo a base de delicioso pescado y marisco que entra cada mañana en la lonja de la ciudad.

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